Una cena con Jaime Royo-Villanova, escritor. Restaurante Ouh Babbo!, Madrid.

JAIME ROYO-VILLANOVA

ESCRITOR

 

Atractivo, sensible, sereno, con el don de la palabra y la escritura, muy inteligente, sincero sin pelos en la lengua, tímido de entrada y atrevido de salida.

Sabía que el restaurante Ouh Babbo! era uno de sus rincones preferidos de Madrid, así que no dudé en llamar, reservar y sorprenderle. Bruno Squarcia, capitán del restaurante, hizo que nuestra cena fuera inolvidable. Os lo cuento más adelante!.

Larga cena, larga charla, muchas risas, confesiones, bailes, cantos y fotos son el resumen de una gran velada.

Jaime, hombre tranquilo, bucólico y elegante, ama la naturaleza, el surf, a su hija por encima de todo, sus hermanas y! un buen plato de pasta de Ouh babbo!!.

¡Muchísimas gracias Jaime!!! ¡Nos vemos prontito en Madrid!.

 

LAS PREGUNTAS DEL HADA MADRINA

¿Cree en los cuentos de hadas?

Siempre y cuando haya un villano que te de una lección, sí.

¿Cuál es su lema?

¡Vive y deja vivir!.

¿Qué quiere ser cuando sea mayor?

Nada, esa la tengo súper clara (risas).

¿Un brindis por?

¡Porti!!.

¿Plato favorito?

Pizza!.

¿Y una pizza con?

Queso, picante y cebolla.

¿Dónde y cuándo es feliz?

En cualquier parte.

¿Algún personaje de cuento o ficción, Disney, que le encante o con el que se sienta identificado?

El Coyote.

¿Si hubiese otra vida, que no lo sabemos, convertido en qué persona regresaría?

La versión 2.0 de mí.

¿Qué le hace reír?

Casi todo.

¿Y llorar?

El pasado.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro?

Saber quién soy.

¿Cuántas alarmas se pone?

Una o ninguna.

¿Es supersticioso?

Sí. Evito pasar por debajo de andamios y cuando veo el número 13 en el reloj me quedo mirando hasta que pase al 14.

¿Qué dos cosas tiene que tener la casa de sus sueños?

Paredes blancas y sábanas blancas.

¿Una pieza de moda indispensable?

Sombrero.

¿Bebida alcohólica preferida o combinado?

Un Bloody Mary que me he inventado que es afrodisiaco (risas).

¿Desayuno, comida, merienda, cena, aperitivo, qué momento?

Cena.

¿Un olor preferido?

El olor de las dunas de la playa de Berria.

¿Qué le gustaría ver cada mañana al despertar?

Me gustaría ver campo verde.

¿Equipo de futbol?

¡El del barrio, cuando tenía 12 años!.

LAS PREGUNTAS DE LA BRUJA PIRULA

¿Cuál es su miedo más grande?

No mostrarme tal y como soy.

¿Quién le ha dado una lección de vida?

Un chico de barrio.

¿Entre poker, black jack y ruleta?

Póker.

¿Su cruz de asignatura?

Física, química, matemáticas, lenguaje… (risas).

Bueno, se me daba bien la literatura y la historia.

¿Arriba o abajo?

¡Todas las posturas!.

Ropa interior para chica, ¿negra o blanca?

Que varíe. A lo largo de la historia me han gustado todas y me siguen gustando todas.

¿Rubia, morena, pelirroja, castaña?

Todas;).

¿Ha sentido odio alguna vez?

Creo que lo más parecido al odio que he sentido, que seguramente era odio, al final era contra mí.

¿Se ha fumado un porro alguna vez?

Sí.

¿Ha robado algo alguna vez?

Sí, de niño.

¿Copió en algún examen en el cole?

¡Mogollón!(risas).

¿Ha llorado por amor?

Sí.

¿Se ha levantado alguna vez pensando “buah, la que lié ayer”?

En múltiples ocasiones!

¿Le ha defraudado algún amigo?

Sí.

¿Se arrepientes de algo?

¿Sabes lo que pasa? la respuesta es no, pero me gustaría explicarla. He hecho muchas cosas mal en mi vida, pero todos esos errores también me han llevado al punto en el cual ahora estoy, y ahora estoy muy bien, ¿por qué iba a cambiar?.

Jaime & Su Hada Madrina
Jaime & Su Hada Madrina

 

LA ENTREVISTA

¿Cómo recuerda su infancia?

Me recuerdo visto desde una torre, la recuerdo silenciosa, como yo observando a un niño allá abajo jugar! Recuerdo a mi amigo Lucas en preescolar, me llamaba mucho la atención porque tenía mucha vida y corría mucho, parecía que era como eléctrico. Mi madre le llamaba “Lucas el de las pelucas”. Recuerdo correr en un patio de tierra con un banco de piedra en medio, haciendo carreras de motos!

Era calladito! ¡tengo muchísimas anécdotas!, recuerdo estar debajo de una mesa y ver las piernas de los mayores (risas).

Conforme fuimos creciendo, recuerdo jugar a juegos muy locos con mis hermanas, me los inventaba yo y a ellas les encantaba. El juego sublime era el “muerde culos” (risas).

Los cuatro hermanos a gatas sobre un circuito de almohadones circular intentando morderle el culo al que teníamos delante pero a ti te lo podía morder el que tenías detrás, era una agonía (muchas risas).

Y quizás, el final de mi infancia fue un día que iba caminando con mi madre de la mano y le dije: “Mamá yo no me puedo creer que estar vivo consista en nacer, casarte, tener hijos y morirte. Tiene que ser algo más”. Y me dijo ella: “Pues piensa, piensa”. En ese momento crecí.

 

¿Empezó a pensar, no?

Sí, fue como que el niño de la torre bajó y se metió dentro del cuerpo.

 

¿Cuándo descubrió que quería dedicarse a escribir?

A los siete años. Cumplí siete años y era niño, niño total, y estaba flipando con un camión de juguete por el suelo y me choqué con el pie de mi padre. Miré para arriba y me di cuenta que pasaba algo! me dijo: “Ya no tienes edad de jugar con esas cosas” y se fue. Me quedé con el camión va camión viene, pensando! ¿a dónde va ahora el camión?. Mi padre tuvo la genial ocurrencia de regalarme toda la colección de libros de Emilio Salgari, de Sandokán, El tigre de Mompracem, el Corsario negro… A partir de ese momento se acabaron los juegos y empecé a flipar con los libros, me volví loco, los leí todos. Cuando acabe dije: “Yo quiero hacer esto”.

 

¿Se acuerda de lo primero que escribió?

Sí, eran historias de terror.

Ha publicado Porfirio Rubirosa, el último playboy (Espejo de Tinta, 2006); Almodóvar mon amour (Temas de hoy, 2007); Malvania (Ediciones del viento, 2007); y Gran Océano (Plataforma Editorial, 2012), De frente y por derecho, Biografía de el Cordobés. Un playboy, una ciudad, una historia real, una visión de P. Almodóvar y una biografía, ¿qué hay de usted en cada uno de ellos?

¿De ellos en mí? De los biografiados, hay muy poco de mí.

En Playboy, hay poquísimo de mí. En Almodóvar, hay poquísimo de mí. Con Manuel Benítez, compartimos un rollo más espiritual, somos muy afines. Quizás lo único que con respecto a los biografiados yo tengo, es la sensibilidad de saber entender su alma para poder contarla.

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Entenderle.

Sí, lo único. Esa afinidad, esa empatía, nada más.

Respecto a los libros que yo escribo de motu propio, porque me gusta, porque las biografías las escribo por encargo, respecto a esos libros que me han publicado, como Gran océano, Malvania y otros que todavía no están publicados, sí hay parte de mí en ellos.

Malvania, Gran océano y Galerna, forman parte de una trilogía. Malvania es una novela que si yo no hubiera escrito, me gustaría tenerla en mi biblioteca. Es muy rara, muy bonita, muy brillante, muy inverosímil. Pero también es una novela que está verde, ¿por qué? Porque mi pensamiento estaba verde. Yo todavía no sabía cuál era mi concepto del mundo, de la existencia, de mi propia vida, no sabía quién era yo. Lo estaba buscando y ni siquiera sabía que lo estaba buscando.

En Gran océano empiezo a intuir por dónde van los tiros y me da muchísimo miedo darme cuenta y entonces el resultado es mejor. Pero todavía no se ve del todo lo que está sucediendo.

Galerna es una novela dura, ahí ya sé lo que ha pasado, es cuando yo me descubro, se quién soy. Es el punto de inflexión. Es lo más duro y lo más sencillo que escrito.

Estos libros eran una búsqueda de mí mismo y yo no lo supe hasta el final.

 

¿Se quedaría con alguno de todos ellos?

Me quedaría con Coincidente Habitual, que son mis diarios, dentro de cual está incluida la novela Galerna.

¿Cuánto puede tardar en escribir un libro?

Gran Océano lo escribí en un año y medio, dos años más o menos, pero al mirarlo, decidí que estaba sin terminar y decidí quitarle toda la mentira, toda la paja que quedaba tan bonita y espiritual, así que tardé unos cuatro años en total. En cambio Galerna, que es un libro más duro, que me costó muchísimo porque me revolvía las tripas escribirlo porque contaba todo mi horror, lo escribí en cuatro o cinco meses.

 

Escribir es su manera de expresarse, ¿no le da miedo “desnudarse” ante un público tan crítico, a veces difícil y sobre todo masivo?

Cada vez más. Al principio no porque no sabía lo que estaba haciendo, era un inconsciente, era como un exhibicionista. Pero ahora que me he dado cuenta de en qué consiste cada vez me da más miedo!aunque eso te hace tenerle aún más respeto a la profesión y contar las cosas de una manera mucho más sutil, más bella y cuidadosa. Pasas de ser un bruto a convertirte en escritor.

 

¿Cuál es su sello?¿Porqué se que un libro es suyo?¿Qué tienen de especial?

¿Mi sello? Creo que es como si te asomaras a sitios que no has visto nunca!

 

Papel en blanco y bolígrafo, ¿cómo le viene la inspiración? ¿Se ilumina de repente? ¿Necesita un espacio especial y un ambiente diferente?

Antes venía de mí, ahora cada vez más me viene de otros. La gente dice cosas muy bonitas y llamativas sin darse cuenta.

El mundo y la vida son mucho más grandes que todo lo que uno pueda pensar. Hay que ir con los ojos abiertos y valorar el paisaje que tienes delante, apreciar los aromas especiales, los animales extraños, las piedras que hablan… Y cuando hablo de piedras, animales y aromas, estoy hablando de frases, personas y gestos.

 

Su libro perfecto, ¿que debe tener?

Mi libro perfecto no es el mío, es el de todos, la vida. Y no puede ser escrito. La tradición es oral y las páginas son los días.

¿Sobre qué le gusta escribir?

Lo más bonito que escribo está siempre relacionado con mi hija. Son frases que ella me dice. Me dice unas frases tan poéticas y tan bonitas. El otro día me suelta: “¿Papá? El mar es una cajita donde guardamos nuestras conchas, ¿verdad?”, “Papá, ¿Ahí vivimos, no?” Y te señala la vía láctea en un fondo de escritorio.

 

Las biografías no son lo que más le gusta escribir pero, ¿le gustaría escribir sobre alguien en especial?

Sí. Seguramente sí. Creo que sería absolutamente sublime si algún día pudiera escribir la biografía de Enrique Vila Matas con él.

 

Es sensible y profundo. ¿Cómo se definiría?

¿Yo? Como un arrepentido de mí mismo que ha vuelto a nacer.

 

Surfero por encima de todo. ¿Qué le aporta la naturaleza?

Hubo una época en la que me lo daba prácticamente todo!

Hoy en día la encuentro dentro de mí, así que no me hace falta ir al mar!

Esa frase que decía Jackson Pollock “Yo soy la naturaleza”, es verdad, estamos hechos de polvo de estrellas, estamos hechos de amapolas, de la tierra de la maceta, somos nosotros, ¿qué más queremos?.

 

¿Cambia mucho de escribir por encargo a escribir lo que quiera?

Sí. Yo siempre lo hago todo a mi estilo. Eso sí que lo he tenido súper clarísimo desde el principio. Cuando empecé a escribir biografías dije: “Yo, una biografía al uso no sé hacerla, como no sé hacerla no la hago”. Entonces invento la novela de su vida y la cuento como yo quiero.

¿Cómo ve el periodismo de hoy en día? ¿Hay sobredosis de información y de mala información?

Tal y como entiendo el periodismo no existe hoy en día. Existen acólitos de uno u otro bando, exacerbados, fundamentalistas, que no hacen más que gritarse, venderse al mejor postor y llenarse los bolsillos diciendo que están trabajando para el prójimo. Eso es el periodismo de hoy en día. No todo, pero por los menos el que se lleva las portadas y los escaparates.

Veo sectarismo. Veo odio. No veo capacidad de diálogo, no veo capacidad de entendimiento, no veo capacidad de reflexión. Veo posturas enfrentadas. Veo ideologías y para mí las ideologías son fósiles!

 

¿Qué hace en su día a día?

Escribir. Me gusta desayunar bien, queso y café. Y cuidar mucho de mi hija.

 

¿Un mensaje que le daría a nuestros lectores?

No soy de dar consejos! Incluso si me lo piden tendría mucho tiento.

Pero si me lo pides tu! les diría que no decidan sólo con el corazón, que está muy de moda y está muy bien, pero no sólo somos corazón, la cabeza manda. El corazón es ciego y el mundo está lleno de obstáculos.

 

¡Millones de gracias Jaime por tu sinceridad y tu tiempo, me ha encantado compartir está cena contigo!

¡Ouh Babbo también es uno de mis restaurantes preferidos desde ya!!! ¡Mil gracias Bruno y gracias a todo el equipo!.

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